Desde Central Lanera Uruguaya (CLU) se tiene la perspectiva de que en Uruguay el sector ovino hasta hace poco tiempo “estaba produciendo como si en los tambos se estuviera ordeñando a mano”.
El ingeniero agrónomo Martín Riso, jefe de Promoción de CLU, explicó en No toquen nada que pese a que hay mucha tecnología en el mundo para lograr mayor eficiencia en esta producción, en Uruguay no se tenía acceso. Además, al incorporar estos avances, se acercan nuevas generaciones a una producción antes considerada muy trabajosa y con baja rentabilidad.
“Tenemos herramientas como una aplicación en la que a través de fotos podemos contar los ovinos automáticamente. La herramienta ideal es un dron porque uno saca la foto del potrero donde se encuentran los animales y automáticamente cuenta las cabezas que hay. También con el dron uno puede arrear el ganado con el ruido, llevarlos a un lugar. Es una herramienta muy eficiente que te libera tiempo en el campo para otras tareas y es más atractiva para los jóvenes”, explicó Riso.
La lana uruguaya ocupa el tercer lugar en las exportaciones mundiales de este producto en un ránking que es liderado “por lejos” por China y en segundo lugar por República Checa.
Diego Saavedra, gerente general de CLU, destacó que “realmente tenemos un sitial de privilegio. Son pocos los rubros de exportación donde Urtuguay ostenta este privilegio. Esto convierte a Uruguay en el primerísimo exportador de carne ovina y tops de lana de toda América”.
Sin embargo, en el mercado es la carne de menor consumo: solo dos kilos por persona por año, frente a los 48 que se consumen de carne bovina.
Central Lanera busca ampliar este mercado y, sobre todo, acercar el producto a Montevideo. En el interior está más extendido el consumo de carne de oveja.
“Hay lugar para crecer sin duda y eso va asociado a recorrer casi el mismo camino que la carne de cerdo. Nuevos cortes, cortes más pequeños porque los hogares hoy son chicos, productos prepreparados. Ya no mirar la media res colgando en la carnicería porque eso para un montevideano es inabarcable salvo en un asado de fin de semana con los amigos o de fin de año”, afirmó Saavedra.
Riso agregó que este es un tema cultural. “Hacés 20 o 30 kilómetros y ya estás comiendo carne ovina todos los días si querés, pero acá la mayoría de los montevideanos no la conoce. Antes el cerdo era el lechón de fin de año, que te caía pesado, que lo como frío, que lo como caliente. Ahora vas a cualquier lugar y conseguís cualquier corte de cerdo y lo hacés en el horno de tu casa. Con esto pasa lo mismo. Es transitar eso, ofrecerle al público diferentes cortes”, señaló.