Diego Muñoz

Que lo aprovechen

La Justicia uruguaya tiene a Figueredo. Ahora falta que lo aproveche.

Actualizado: 23 de diciembre de 2015 —  Por: Diego Muñoz

El 20 de noviembre de 1998 se licitaron los derechos de televisión del fútbol uruguayo. A la AUF llegaron dos ofertas: Una por 82 millones a cambio de los derechos del fútbol local y en la que quedaba excluída los de la selección. La otra era por 50 millones y proponía quedarse con todos los derechos.

En medio de la Asamblea de Clubes en la que los dirigentes debían decidirse por una de las opciones la mayoría se inclinaba, como resultaba obvio, por la que más dinero dejaba. Pero alguien utilizó el teléfono, avisó cómo venía la mano y Francisco Casal, Nelson Gutiérrez y Enzo Francescoli irrumpieron en la sala para recordar los favores que se les debían.

Cuando la puerta de la reunión reservada para los directivos se abrió de forma intempestiva, los dirigentes abrieron los ojos y cerraron la boca. “Casal empezó a los gritos a señalar uno por uno a los directivos. Decía: ‘Vos me debés favores, vos me debés favores’. Cuando me lo dijo a mí le contesté: ‘Epa, epa, Casal, yo no le debo nada a usted’. Y Casal me respondió: ‘Usted no, pero todos los demás sí’”. Lo que sucedió aquella noche me lo contó quien en ese momento era presidente de Liverpool, Fidel Russo, hoy fallecido.

Ganó la segunda oferta por amplia mayoría.

El presidente de la Asociación, el que permitió que Casal, Francescoli y Gutiérrez ingresaran a la Asamblea y, según presentes, el que les avisó que la votación venía complicada, fue Figueredo.

Figueredo y Casal fueron carne y uña durante años. Socios. Juntos firmaron el primer contrato, juntos pusieron a Daniel Passarella como técnico de la selección, juntos eligieron charters, juntos idearon la integración del fútbol uruguayo y el torneo Clasificatorio, juntos ejecutaron el plan de saneamiento, juntos firmaron extensiones de contratos a espaldas de los clubes, juntos impidieron que los presidentes de las instituciones miraran esos contratos. Esa relación que construyeron Figueredo y Casal y que la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia (MEF) definió como "perpetua e ilegal".

En los últimos tiempos los negocios complicaron el vínculo. Casal desespera por quedarse con los derechos de televisación de los torneos organizados por Conmebol y no escatimó esfuerzos para conseguirlo.

“Figueredo hizo todo lo que pudo para que Casal entrara a la Conmebol. Pero en la mesa chica en la que estaba junto a Grondona, Texeira y Leoz, perdía siempre”, me dijo un ex presidente de una de las federaciones sudamericanas, hoy detenido y acusado de corrupción.

Sin posibilidades de abrir la puerta que más le interesa, Casal decidió derribarla. Así, inventó una reunión en Brasil en la que dijo que “los abusos de poder terminan cuando alguien dice basta”. Meses más tarde ordenó a los clubes uruguayos que hicieran una denuncia.

Por esa denuncia, que la Justicia sabe mejor que nadie que la impulsó Casal, declarará Figueredo este jueves 24 de diciembre, cuando llegue al país procedente de Suiza, donde está detenido desde mayo acusado por Estados Unidos de fraude masivo y blanqueo de dinero.

Pero entre la denuncia que presentó Víctor Della Valle y la extradición que consiguió Karen Pintos, que a su vez trabaja para Della Valle, hubo tiempo para acomodar las cosas.

De nuevo los viejos socios están unidos. Uno ayuda a la familia Figueredo en estos tiempos de cuentas congeladas, el otro piensa no mencionar a Casal cuando se enfrente a la Justicia. Como antes, carne y uña.

El 24 Figueredo se encontrará con el fiscal Juan Gómez. Después de luchar mucho por la extradición, después de ganarle a Estados Unidos la pulseada, después de insistir por tenerlo a disposición, llegó la hora.

Será una oportunidad inmejorable para que los que investigaron el caso se saquen las dudas sobre los desmanejos de Figueredo en Conmebol y en la FIFA. Ojalá también lo aprovechen para saber qué hizo en la AUF.

Cómo se comportó, cómo manejó las cuentas, cuán cristalino fue el manejo de fondos.

Que demuestre cómo desde que cerró su pequeña automotora no se le conoció ningún trabajo y aún así pudo tener un piso en la rambla.

Gómez dijo el martes en Subrayado que era importante saber qué hizo Figueredo con la plata que recibió y así recuperarla en beneficio de la propia comunidad. ¿No sería prudente saber si ese dinero mal habido lo percibió solo a nivel internacional?

Si la Justicia uruguaya va a procesar a Figueredo por estafa y lavado de activos debido a los sobornos que recibió cuando fue directivo de la Conmebol ¿no sería correcto investigar si cuando fue presidente de la AUF se comportó igual?

¿No sería bueno descartar que aquella noche que Casal entró a la Asamblea y convenció a la mayoría de que 50 era más que 82, Figueredo no recibió nada a cambio?

¿No sería conveniente demostrar que en aquellos años de co-gobierno en la AUF nunca el presidente hizo negocios ilegales con sus socios?

Así todos nos quedamos tranquilos. Y los mal pensados tenemos que cerrar la boca.  



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